La Universidad Europea de Canarias (en adelante UEC) es una institución nueva. Con cuatro grados y 5 Másteres, el próximo 2 de julio graduará a su primera promoción. Se trata de una universidad que persigue el desarrollo personal y profesional de todos y cada uno de sus estudiantes, ofreciéndoles una experiencia formativa única e individualizada, con un modelo pedagógico que integra conocimientos, competencias y valores. La UEC pertenece además al grupo Laureate International Universities, por lo que los ejes transversales alrededor de los cuales gira son la internacionalidad y la empleabilidad. Por esta razón, una de las primeras decisiones que tomó el departamento de relaciones internacionales de la UEC fue obtener la Carta Erasmus de Educación Superior en 2014. Se pretendía promover la movilidad internacional y participar en proyectos de educación transnacionales, por lo que acogerse a los fondos Erasmus + se consideró como el mejor punto de partida. Las previsiones fueron enormemente optimistas ya que se esperaba un aumento importante del número de nuevos estudiantes pero, desafortunadamente, el crecimiento no fue tal. Por otro lado, se solicitaron fondos para dos años, del 1 de junio de 2014 al 31 de mayo de 2016, pensando que se trataba de la mejor opción. No se tuvo en cuenta que esto impediría a la UEC hacer movilidades en el segundo semestre del curso 2015/2016, al ser la finalización posterior a la fecha de cierre del proyecto. Estos errores fueron fruto de la inexperiencia y la juventud de la institución, pero supusieron un enorme aprendizaje para la oficina internacional, que para el próximo curso académico 2016/2017 ha solicitado un número de movilidades mucho más ajustado a su realidad. No obstante, teniendo en cuenta que en el curso académico 2014/2015 había alrededor de 150 estudiantes, se puede considerar como algo positivo que se hayan realizado 10 movilidades de salida Erasmus (más otras 7 no financiadas por el programa), lo cual supone el 11.5% del total de los alumnos. El impacto de este proyecto ha sido enormemente positivo. Por un lado, ha permitido llevar por primera vez alumnos al extranjero y traer alumnos internacionales, fomentando la interculturalidad y el conocimiento del mundo; por otro, ha ayudado a la oficina internacional a aprender y a mejorar acerca de la gestión de fondos, a crear su primera red de contactos internacionales y a realizar proyectos educativos de otra índole con las universidades socias. Y, por último, ha permitido desarrollar distintas iniciativas como el Student's club, el Welcome Day o los cursos intensivos de español.